MMW en el Coliseo

La experimentación constante

Yo sé que la mayoría de los que fueron el Viernes 13 de Mayo al Coliseo esperaba que Medeski, Martin y Wood hicieran los temas mas conocidos del repertorio y acribillaran con funk a la platea, pero lo cierto es que el trío jazzero de Nueva York viene enmarcado en un proyecto mas ambicioso que es experimentar para encontrar un nuevo sonido. Y déjenme que les diga: a mi me parece bien. A pesar de que me gustan sus primeros discos y como deconstruyen temas archi sabidos de rock y los arman de nuevo con un toque propio, apoyo esta iniciativa de traernos su faceta mas investigadora a Buenos Aires, haciendonos partícipes de sus hallazgos y sus errores, de sus pruebas, ensayos y constante búsqueda.

Cuando la música popular, y el elitista jazz en particular hoy parecen perdidos en los mismos sonidos de siempre y ya estamos acostumbrados a que cualquier banda de renombre, repase casi mecánicamente sus hits en un escenario, yo valoro que un grupo me dé algo desconocido, inclusive hasta para ellos, en una experiencia que llega a ser única.

Desde el primer tema, iniciado con un solo extenso de batería por Martin hasta los bises (ahi sí luciendo sus atuendos representativos), el show fue una intensa búsqueda del tesoro, a veces repetitiva en el mismo riff, largas exposiciones de ritmos que buscaban aire, temas largos con resoluciones mas o menos efectivas, pero se vislumbraba un afán por descubrir nuevos elementos sonoros. Las manos de Medeski no volaron sobre las teclas en ejercicio frenético sino que aportaron ritmos hipnóticos, elipses y un bumerán que iba y venía sobre riffs, tratando de encontrar resquicios, jugando con el bajo y contrabajo de Wood a solaparse y potenciarse, mientras Martin en la batería machacó un groove persistente, sin florituras, sin timbres, como indicando que el rumbo no trataba de irse por las ramas sino de quedarse para encontrar la salida en un cuarto diminuto. No se puede decir que la encontraron, pero la gimnasia fue sana y fuimos espectadores de un concierto atípico, del que cada persona se llevó material a casa para resolver. Cada uno se llevó sus partes del rompecabezas para ver si encajan en algo novedoso. La presentación de la saga Radiolarians fue una excusa. Los MMW jugaron a desatar un nudo enfrente de nuestros ojos. Y a mi me sentó muy bien, a mi gripe no tanto...

RL