
Si hay una época que debiera elegir en la música (hay variassss) debería ser la de las big bands de jazz, de los años 40s (mentira, los 60s y 70s estan primero). Esas orquestas numerosas, con arreglos poderosos, caños ardientes, casi sin solistas pero con un director de fuste que obligaba a dejar los ojos clavados en su accionar, y el ritmo susurrante que hacía mover la patita aunque uno estuviera cansado, se reservan un pedazo de mi memoria de un pasado que no viví. Como un deja vú de algo que sueño pero que no experimenté. Cada vez que veo una orquesta que suena ajustada, el beat cadencioso me lleva a esa imagen y gozo de veras, un orgasmo sentido y musical.
Eso me sucedió el jueves en el Gran Rex, cuando vi a Jools Holland y su Rythm and Blues Orchestra. Una banda de 18 músicos que toca blues, rythm and blues, rock, boogie woogie y todo lo que le tiren adelante. Quedó claro que Jools es un músico enorme, con sapiencia y frescura para que los arreglos suenen frescos y ocurrentes, sin perder vuelo. El mismo al piano destila fluidez, flexibilidad para adaptarse a cualquier género y como conductor del combo luce afable y de buen humor. Una pena que poca gente lo viera, casi 60 % de la sala ocupada, quizá por la poca difusión, o quizá porque la gente no esta acostumbrada a ver este tipo de bandas arriba de un escenario. Lo cierto que quienes fuimos degustamos a este combo formado por el pianista, un organista, un baterista, 3 voces femeninas, una guitarra, un bajo, 2 saxofones tenores, 2 saxofones altos, un saxofón barítono, 3 trompetas y 4 trombones.Lo acompañaronGilson Lavis en batería, Ruby Turner (increíble la versión de Got my mojo working, que tocara el gran Muddy Waters), Louise Marshall en voces y un simpàtico Rico Rodríguez, en trombón (leyenda jamaiquina como músico de sesión).
Esperemos este sea el primer paso para verlo mas seguido, mas alla de recordarlo en sus tiempos con los británicos Squeeze o sintonizarlo en cable con su magnífico programa Later.. with Jools Holland.
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