Había protestas juveniles ante la guerra de Vietnam en distintas ciudades del mundo y el 17 de Marzo de 1968, casi 25.000 personas marcharon desde Grosvenor Square a la embajada norteamericana en Londres. Mick Jagger y la actriz Vanessa Redgrave su sumaron a la marcha, pensando que su popularidad haría más visible el objetivo de la movilización. Aunque Mick opinaba que los jóvenes ingleses hasta ese día habían sido más pacatos que los manifestantes en París o Nueva York, los hechos lo marcarían errado.
La velada empezó tranquila, con los caminantes
entonando distintas canciones mientras recorrían las calles de Londres, y nadie
supo a ciencia cierta que causó que las cosas se desmadraran, pero ante la
embajada, el aire se enrareció y la tensión empezó a subir. La policía montada
dispuesta para controlar la manifestación comenzó a arrojar los caballos contra
la gente y los bastones cortaron la tarde repartiendo violencia a diestra y
siniestra.
El resultado de los desmanes fue de 200 arrestos,
86 personas atendidas por las ambulancias y 50 personas derivadas a hospitales,
25 manifestantes y 25 policías.
Esa tarde Jagger no llegó a la embajada, sino
que, al ver que el ambiente se empezaba a caldear, optó por volverse a su
departamento, a unas cuadras del itinerario de la marcha.
Ni bien llegó, comenzó a escribir la canción, que
terminaría al día siguiente, aunque esa primer versión tenía otra letra pero ya
despedía la energía que finalmente quedó registrada en el disco.
Consultado tiempo después sobre los hechos, Mick
Jagger opinó que la violencia nunca lleva a buenos resultados y no era ese el
fin del mensaje del tema. Al igual que sucede con Lennon en la canción
Revolution (que los Beatles editarían ese mismo año) las líricas no llegaban a
demostrar un involucramiento evidente en las revoluciones pergeñadas al amparo
de la violencia. Mas bien se manifestaban a favor de los cambios, pero logrados
de forma pacifista y sin sangre.
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