El
verano boreal de 1965 fue inusualmente tórrido, especialmente en Estados Unidos
luego de que The Rolling Stones editaran su himno sexual I can´t get no (satisfaction),
tres semanas después de haberlo compuesto y grabado. Hoy parecería apresurado
sacar un disco a sólo veinte días de haber escrito el tema: los tiempos son
otros, las grabaciones se estiran, la habitual maquinaria de la industria
remite a plazos de entregas, publicidad, marketing, etc… Hasta el propio Keith
Richards opinaba que al tema le faltaba algo importante cuando lo registró. De
hecho, ni quería que fuera lanzado como single. Mick Jagger le daba la razón,
mientras que el resto del grupo y el propio mánager de la banda Andrew Oldham
estaban desesperados por arrojarlo al mercado.

De
acuerdo a esa versión, al caer rendido en su cuarto del sexto piso en el Jac
Tar Harrison Hotel, también conocido como
Fort Harrison Hotel de Clearwater, Florida (hoy el edificio es propiedad
del FLAG, el centro de Cientología de la Costa Este), Keith se llevó a dormir
en su cabeza el riff de guitarra del tema Dancing in the Streets, de Martha and
the Vandellas, muy popular ese año en Norteamérica. Se despertó sobresaltado,
con un motivo de guitarra zumbándole en el cerebro y atinó a poner un cassette
en un grabador Phillips manual que descansaba al costado de la cama, y grabó
ese sonido con una guitarra acústica antes de olvidarlo y volver al sueño. La
cinta siguió grabando casi cuarenta minutos de ronquidos profundos. A la mañana
siguiente, cuando despertó, Keith se dio cuenta de que en esa cinta estaba el
germen de una canción y se la llevó a Mick Jagger para que le pusiera letra.
También le obsequió el título de la canción y parte del estribillo, extraídos
del tema “Thirty days” de Chuck Berry, que incluye el verso “I can´t get no
satisfaction from the judge”, Mick escribió el resto del tema al borde de la
pileta del hotel.
Como
los Rolling Stones estaban en medio de una extensa gira por Estados Unidos,
tenían pocos días libres entre show y show, y sin perder tiempo, Andrew Oldham,
astuto y práctico, les robó unas horas de su descanso para grabar algunos temas
en los míticos estudios del sello Chess. Chess Records, en Chicago, era la meca
para los Stones, allí grababan sus ídolos:
Chuck Berry, Muddy Waters, Bo Diddley, Howlin´Wolf y muchos otros. Ya
conocían los estudios, ya que el año anterior habían grabado allí y pudieron
incorporar ese groove tan especial que impregnaba el lugar. Además, en América
estaban haciendo de soportes de Don Covay y Otis Redding, siendo ese contacto
estrecho uno de los pilares para que ellos encontraran el ritmo negro del funk
y el soul para mezclarlo al repertorio blusero que ya llevaban consigo. Al
final de la sesión del 9 de Mayo, grabaron una toma de Satisfaction, con Brian
Jones en armónica y Keith Richards en guitarra acústica. Pero el sonido no
cuajaba, y Keith pensaba que sólo serviría como lado B de algún single.
Unos
días después, cuando la gira los llevó a Hollywood, en Los Angeles, Oldham
volvió a rentar horas para grabar, ahora en los RCA Studios. Tenían dos días, el
12 y 13 de Mayo para registrar más temas, y volvieron a intentarlo con
Satisfaction. Richards quería probar con una sección de vientos, pues aducía
que su sonido le llenaba la cabeza, pero no contaban con una disponible, y el
tema volvió a parecer flojo y desabrido. Luego, el guitarrista lo intentó con
la guitarra eléctrica y los amplificadores al mango… hasta que los quemó y hubo
que seguir al día siguiente.. Necesitaba reemplazar los vientos por más
distorsión en la guitarra pero no se le ocurría cómo hacerlo, hasta que el
tecladista y amigo Ian Stewart se acordó de un aparato inventado por la fábrica
Gibson que había escuchado en el tema de Billy Strange “Zip a dee do dah”: el
Fuzz Tone Box. La pequeña caja negra podía servir. El propio Ian corrió a Eli
Wallach´s Music City, una tienda de instrumentos que quedaba a la vuelta de los
estudios RCA, para encontrar una cajita antes de que cerraran. Volvió y le dijo
a Keith: “probá con esto”. Y probó. Y quedaron todos encantados, el sonido era
novedoso, se integraba perfectamente a la canción.
Glyn
Johnson, ingeniero de grabación de muchos discos de sus majestades satánicas, cuenta
que estaba seguro del éxito de una toma en el estudio cuando Keith no le
dirigía palabra, cuando ni siquiera lo miraba. Solamente lo escuchaba cuando a
Richards le parecía que una sesión andaba mal o algo lo disgustaba. A lo largo
de todos los años que grabaron juntos, el guitarrista no lo saludó ni le
agradeció ni una sola vez. Eran los años en que Richards vivía colocado, y esa
era su forma de manejarse. Esa vez estuvo calladito…
La
letra de Jagger, por momentos inocente, por momentos hasta procaz, despertó a
muchos adolescentes a la sexualidad, y algunos versos fueron objeto de censura
por parte de los organismos que regían lo que podía escucharse por radio.
Cuando la tocaron en televisión, por ejemplo el 13 de Febrero de 1966, en el
show de Ed Sullivan, tuvieron que tapar con un beep parte de la letra que en el
original dice “Trying to make some girl” (tratando de hacerlo con una chica),
dado que el programa se emitía a millones de hogares y era visto por adultos
pero también por multitud de niños. Hasta el título de la canción, quería decir
lo contrario a lo que se suponía, pues está gramáticamente mal formulada la
frase: hay nos negaciones en ella contraponiéndose. De esta manera, al igual
que en la matemática, dos negaciones equivalen a una afirmación: puedo obtener
satisfacción.
La
mezcla del tema fue hecha a las apuradas por Andrew Oldham el mismo día de la
grabación en Los Angeles. Mientras el grupo continuaba su gira por la cosa
oeste, el mánager viajó a Nueva York para masterizar las pistas del simple, que
por cara A llevaría finalmente a Satisfaction y en el lado B el tema “The under
assistant West Coast Promotion Man”.
A
pesar de haber quedado bien la grabación de Satisfaction, Keith Richards
pensaba que debía continuar agregándole cosas a ese track, en su cabeza seguía
funcionando mejor con una sección de vientos. Por eso, cuando tres semanas
después, aún en Estados Unidos, escucharon el tema por la radio, tuvo una doble
sensación: felicidad, porque el tema parecía gustar y abrirle la puerta en todos
lados, pero también bronca, porque él sabía íntimamente que podría haberlo
dejado mucho mejor si le hubiesen dado tiempo. Después de tantos años, de todas
maneras, se hizo a la idea de que Oldham estuvo bien en editarlo rápidamente:
algunas canciones encuentran su gusto aun cuando parecen incompletas y el que
finalmente decide es el público que escucha y compra los discos.

El
éxito de la versión de Otis Redding cambió el paradigma creado varios años
antes por la llamada invasión británica de las bandas de rock en Estados
Unidos. Los grupos británicos que conquistaban América, lo hacían tomando como
punto de partida las canciones que conocieron a través de sus intérpretes
originales, es decir, los cantantes de blues y soul que grababan básicamente
para los sellos Chess, de Chicago, Stax, de Menphis y Motown, de Detroit y luego situado en
California.
Otis,
con su grabación de “Satisfaction” (así, a secas) en su disco Otis Blue, fue el
primer artista de raza negra en tener un hit con un tema original de un grupo
de la Invasión Británica.
Satisfaction,
según su principal creador, es una de las canciones que más le cuesta tocar a los
Rolling Stones, no es una canción sencilla para hacer sonar bien, a veces
parece floja, débil, su groove es muy característico pero difícil de encarar
sin una sección rítmica muy afiatada. De hecho, la banda pasó mucho tiempo sin
tocarla, y cuando la volvieron a hacer sobre un escenario, casi que copiaron el
sonido Stax. No por nada Otis Redding tenía en su banda a Booker T and The MGs
con Steve Cropper en guitarras, quien sugirió a Otis probar con ese tema.
Mick
Jagger cuenta siempre que Satisfaction hizo que la banda saltara de tocar en
pequeños escenarios a ser un monstruo que llenaba estadios. Ese tema los hizo
famosos apenas se escuchó en la radio, ratificado por la presencia en sincronía
de los Stones girando por Estados Unidos. El momento preciso. La banda no quiso
que saliera el simple en el Reino Unido hasta tener tiempo de presentarlo con
shows en su país. Así, el lanzamiento en su tierra natal fue en Agosto. Se
aseguraron el número 1 a ambos lados del Atlántico: cuatro semanas seguidas en
EEUU y dos en Inglaterra. El camino ya estaba pavimentado para la música de sus
majestades.
Ese
verano hizo mucho calor por aquel hemisferio y los parlantes despedían fuego
para quemar la insatisfacción. Los Glimmer Twins ganaron confianza y se
hicieron poderosos con sus composiciones. Eso, y un arrasador paso por los
escenarios, les aseguró décadas de hits y récords por vencer.
RobLago
Bibliografía
de Consulta:
Vida, Keith
Richards
Rolling Stoned, Andrew Loog Oldham
Sound Man, Glyn Johns
Rock is Here - Londres, Marcelo Lamela
1965-The Most Revolutionary year in music, Andrew
Grant Jackson
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