PHOTO By
Alex Lozupone - Own work, CC BY-SA 4.0,
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=46125634
ANGEL EXTRAÑO
No sabría decirte si Laurie
Anderson es una persona normal. Normal sería el adjetivo? O quizá no sea
siquiera una persona. Claro que hay muchos rasgos en su cara que lo atestiguan,
hay dos ojos, dos orejas, tiene extremidades, tiene dedos, cuello y hasta una
lengua (por suerte)… Todo indicaría que lo es, y una persona muy inteligente,
además. Y muy talentosa sería si lo fuera… Por supuesto, podríamos coincidir,
si todos conociéramos al menos una parte de todo lo que hace en su vida, que es
una persona muy artística. Sobre todo, si ella fuera una persona. Aunque si uno
se remite a lo que ha escuchado y visto de esta mujer que ahora debe andar por
los 70 años, podría corregir esta afirmación y decir que se trata de una
extraterrestre, de un ente aparecido para ayudarnos a vernos a nosotros mismos
por dentro, o por fuera… Una especie de antítesis de Lilita Carrió, copada,
hipster, esa tía con onda… Rara y con muchos secretos, pero que a todos nos
gustaría tener… Y todos estos pensamientos que escribo, de haberla visto y
escuchado muy pocas veces en mi vida (pecado!). Y eso gracias a quien me la hizo
conocer: mi amigo Fabián.
Trabajábamos juntos con Fabián, a
fines de los ochentas, en una empresa estatal de Capital. Él era una persona
que yo quería conocer, también artista, rockero en ejercicio, lo que sumaba
puntos en mi apreciación de las personas. Quiso la vida que, a raíz de una
situación muy mala de la empresa, estrecháramos nuestra relación diariamente:
estuvimos boyando como dos meses, sin saber si nos quedábamos sin trabajo o si
nos tomarían los nuevos dueños. Fabián tomó una tercera opción al cabo de esas
semanas, y se adscribió al retiro voluntario para ir a trabajar con su padre en
una empresa familiar. Yo sigo cambiando de nombre. Durante esas semanas
varados, Fabián me introdujo a su mundo de músicas: me hizo conocer a Prince,
el blues, mucho del rock nacional, y a Laurie Anderson. De Laurie me pasó
cassettes de sus discos Home of the Brave y Strange Angels, contemporáneos por
aquel tiempo. Así supe que había mucha más música en esta vida para una
cabecita joven e inculta como la mía. Y más importante aún: había mucho más
arte, porque Anderson, neoyorkina hasta la médula si fuera una persona, es
lectora, compositora, actriz, performer y muchas cosas más. Es una ARTISTA que
invito a conocer. Esos dos discos me llevaron a escuchar muchos otros, y a
verla (sobre todo en videos) en muchos de sus shows, que son completos, con una
alta composición, actuación, música, escenografía y por sobre todas las cosas,
con IDEAS. Esas que faltan hoy en el arte, y puntualmente en la música. Laurie
Anderson es esa extraterrestre que les muestra a los norteamericanos su
verdadera raíz, avasallante y contradictoria, dorada pero fangosa. Y al mismo
tiempo, puede mostrarnos a todos como somos, como parecemos, como decimos ser y
aquellas partes de nuestro ser que barremos debajo de la alfombra. Y lo hace
sin desmarcarse de sus propios vicios, de sus errores… entonces será una
persona no?
Cuando escucho o leo algo sobre
Laurie es como volver atrás el tiempo, al departamento de Fabián y SU Laura (mi
mujer también se llama Laura), a los días en que me cantaba sus canciones, después
de atarse el pelo en una colita sobre la nuca. Y hablábamos de bandas y
cantantes como si sólo eso existiera sobre la faz de la tierra.
Cuando me enteré que fue mujer de
Lou Reed en su último tiempo me cerró todo, o casi todo, porque no logro
comprender qué es en realidad. Pero juntos, Lou y Laurie, me parecen una
extrapolación de mis amigos, Fabian y Lau. Esas parejas desparejas que siempre
supiste íntimamente que iban bien juntos. Siempre.
Sigo viendo a Fabián muy de vez
en cuando. Nos reímos porque nuestras despedidas al teléfono suenan a “tenemos
que vernos antes de Navidad eh”. A veces lo logramos. A veces escucho a Laurie
cantando Oh Superman y pienso que no es humana (le gustan tanto los vocoders!).
Nos conoce bien, pero es un ser extraño. Pero es una tía estupenda, de esas que
a todos nos gustaría tener a mano.
RobLago
No hay comentarios:
Publicar un comentario