Luis Alberto Spinetta en el Teatro Coliseo de Lomas de Zamora
sábado 8 de mayo de 2010
¿Qué se puede decir de El Flaco Spinetta que no se haya dicho? ¿Es necesario hablar de sus virtudes musicales? ¿Hace falta aclarar que la banda: Claudio Cardone en teclados, Sergio Verdinelli en batería y Nerina Nicotra en bajo, suena con la precisión de un reloj suizo? Creo que no hace falta hablar de todo esto para contar lo vivido en el hermoso Teatro Coliseo de Lomas de Zamora el sábado pasado.
¿Entonces para qué escribo esto???
Quizás lo que me lleva a escribir esta crónica es contarles lo que sentí y lo que pude ver que sintieron los que estaban en el teatro.
Llegamos con mi amigo Fernando unos minutos antes de la hora programada y ya se notaba que el ambiente iba a ser de lo más distendido. El telón del escenario estaba abierto y dejaba a la vista una “simple” formación: teclado, batería, un micrófono custodiado por dos guitarras, un bajo y un poco más allá otra guitarra que nos hacía pensar en algún invitado. El teatro estaba casi lleno, en su mayoría personas de “cuarentaytantos”, algunos incluso con sus hijos. Y, como suele ocurrir en estos shows fuera del “circuito capitalino”, muchos se encontraban, saludaban y charlaban con amigos. Esto hacía que todos estuviéramos tranquilos y relajados esperando el comienzo del concierto.
Las luces se apagaron y la fiesta empezó...
El concierto estaba armado básicamente en función de los temas de Un mañana, último disco, (¿disco??? ...discazo!!!), de Luis, así que tocaron la mayoría de sus canciones: La mendiga, Canción de amor para Olga, Mi elemento, Preso ventanilla, Despierta en la brisa. Pero no faltaron temas clásicos propios y versiones de sus “amigos”.
Los temas eran tocados de una manera más “jazzeada”, casi imperceptible, estirando un poco los tiempos para que pudieran “entrar más notas” y las letras quedaran como “flotando” en la música.
Y era como viajar en el tiempo... Cuando estaba sonando Canción para Olga, hermoso tema en tres secciones con sublimes momentos del teclado, parecía que estábamos escuchando Invisible o Artaud. O mientras sonaba Preso ventanilla creer ver a El Flaco de los años ’70 demostrando sus grandes dotes de violero, que a veces quedan relegadas tras la maravilla de su música y su poesía.
También estuvo el momento de reflexión antes de tocar 8 de octubre, (luciendo la clásica remera ”Todos fuimos. Todos somos. Todos podemos ser), donde El Flaco nos pidió que manejemos prudentemente, no solo en las rutas, sino en la vida en general.
La presunción del guitarrista invitado se hizo realidad cuando apareció Baltasar Comotto, virtuoso guitarrista de la nueva banda del Indio Solari, que nos dejó a todos alucinados con sus fantásticas interpretaciones y solos.
La actitud general era de silencio absoluto cuando la banda estaba tocando, algunas fotos, uno que otro movimiento de cabezas o pies al ritmo de la música, pero fundamentalmente silencio, contemplación y emoción. Cuando los temas terminaban todos dábamos rienda suelta a esas emociones contenidas con gritos, aplausos y alabanzas. Y los ya clásicos pedidos de la gente a los que El Flaco ignora con toda amabilidad y sorna, dando paso a un juego que a él y a nosotros nos gusta jugar.
Los clásicos: muy buena versión de Cementerio club, La bengala perdida, Alma de diamante, Sombras en los álamos.
Las versiones: Filosofía barata y zapatos de goma, tema muy aclamado por todos, quizás como un mensaje a la distancia para Charly. La guitarra, tema de León Gieco, tocado en ritmo de “zamba tipo Spinetta”, El Flaco prometió, (entre risas), aprenderse bien la letra para el próximo show. Las cosas tienen movimiento, de Páez. Y un cierre a toda orquesta con una versión super rockera de Rutas argentinas que nos hizo delirar a todos.
Ya habían pasado un poco más de dos horas y casi sin darnos cuenta el concierto había terminado. Saludos, aplausos de pie, agradecimientos varios y nos vamos con la alegría de haber visto un show vibrante y lleno de emociones.
Luis Alberto Spinetta un Músico, (así, con mayúsculas), que sabe ver y describir la realidad como pocos y que a pesar de parecer que está siempre en su mundo y bastante alejado del nuestro nos demuestra con sus canciones que siempre está atento a todo lo que pasa, (y nos pasa), alrededor.
Luis Alberto Spinetta, El Flaco, un ser humano con Alma de diamante.
Fabián Rubinich para Pintura Para Camaleones
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martes, 11 de mayo de 2010
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